6/10/09

Risotto de calabaza

Si alguien se piensa que éste va a ser un blog totalmente dedicado a las calabazas, tranquilos ¡no es así! Lo que pasa es que es la temporada de las calabazas y a mí me gusta cocinar, siempre que sea posible, solo con productos de temporada.
El risotto, como algunos sabrán, es uno de los primeros platos más típicos en Italia, sobre todo en el norte,
en la zona de Milán o en la región de Piamonte, donde este cereal se cultiva mucho. Se puede hacer de mil maneras y con mil ingredientes distintos, aunque la base y la forma de hacerlo son más o menos siempre las mismas. En sí no es difícil hacerlo. Para que salga bien, es esencial tener buenos ingredientes y "cogerle el truco".
A ver qué os parece...
Los ingredientes:
-cebolla
-ajo
-calabaza
-arroz
-vino blanco
-caldo
-romero
-sal
-pimienta
Cómo se prepara:
Se fríen la cebolla cortada fina y uno o dos dientes de ajo en un hilito de aceite (no quiero ser pesada con esto, pero ¡POQUITO aceite!).
Cuando empiece a dorarse la cebolla, añadir la calabaza, pelada y cortada en trocitos pequeños, y rehogar un rato, hasta que empiece a dorarse también. Añadir también una ramita de romero y una pizca de sal. Cuando la calabaza empiece a ablandarse (suele tardar unos 5 o 10 minutos, según la calabaza), añadir el arroz. Yo suelo poner dos puñados por persona, más un puñado extra, y suelo usar arroz tipo "bomba" o parecidos. En general, va bien cualquier tipo de arroz, también integral, pero NO el arroz largo.
Se deja un rato más, para que se tueste el arroz.
Cuando esté bien tostadito, subir el fuego y añadir el vino blanco (medio vaso para dos personas). No tiene que ser ningún vino especial, más bien cualquier vino blanco baratito o cualquier fondo de botella que os haya sobrado de otras comidas. (Por cierto, se puede hacer también con vinos de aguja o con cerveza, aunque esta última le da un sabor algo amargo).
Se remueve hasta que haya evaporado todo el vino y se echa el caldo (bien caliente). Puede ser vegetal o de carne, aunque el de carne suele ser más sabroso. Hay que cubrir el arroz con el caldo y dejar hervir a fuego muy muy lento, removiendo con una cuchara cada dos o tres minutos.
Conforme el arroz va absorbiendo el caldo, vamos añadiendo poco a poco durante 10/12 minutos, sin dejar de remover de vez en cuando.
Los últimos 5 minutos, para terminar de hacer el arroz, hay dos posibilidades: solo con caldo o con leche. Si se añade leche, el risotto saldrá más cremoso y a lo mejor habrá que añadir algo de sal al final.
Una vez que el arroz esté en su punto (no demasiado blando, pero no crujiente... jejejeje), espolvorear un poco de pimienta (si os gusta) y servirlo con parmesano rallado.
Ésta es mi manera de hacerlo, la receta tradicional es algo distinta. Se suele añadir mantequilla o también nata, en vez de leche, pero de esta manera resulta algo más ligero e igual de bueno, para mi gusto.
Pequeños trucos:

  • Si os pasáis con el caldo y veis que el arroz no da más de sí y no lo absorbe, subir el fuego al máximo para que el caldo evapore lo más rápido posible y ¡no se os pase el arroz!
  • A mí me gusta que tenga tropezones, pero si se prefiere se puede chafar un poco la calabaza con una cuchara de madera antes de echar el arroz.
Existen muchas variantes, desde el risotto alla milanese (con azafrán) al risotto ai quattro formaggi (con queso) al risotto al radicchio (con una especie de lechuga roja muy típica de allí, que le da un color rosado muy llamativo) y muchísimos más... En cuanto pueda subiré más recetas de risotto. Ahora ¡a disfrutar del de calabaza!




2 comentarios:

  1. Qué bien, qué bien, ¡más ideas para hacer con la calabaza! Me parece que no voy a tardar en abrirla... :)

    ResponderEliminar
  2. Hoy he hecho tu receta y ha salido DELICIOSA. La he hecho con caldo de pollo casero, que me he currado yo misma, con media carcasa de pollo (ecológico, para más señas), un tomate, media cebolla, un par de zanahorias y dos dientes de ajo enteros. Por supuesto, todo eso lo he colado. Al final le he puesto también un chorrito de leche, parmesano y pimienta. Tampoco me ha faltado el romero, que lo cogí del Montsant hace unas semanas. El aroma era embriagador. Nos ha gustado mucho a las dos, lo repetiremos.

    ¡Muchas gracias!

    P.D.: los restos del caldo (pellizcos de carne, zanahoria y cebolla hervidas) los aprovecharé para hacer croquetas. Seguro que salen buenísimas.

    ResponderEliminar